El miedo a equivocarnos y fracasar modifica nuestra percepción de nuestras capacidades y de lo que podemos llegar a conseguir. Nos coharta, nos limita. Dejamos de levantar la mano por si la respuesta que se nos ha ocurrido no es la correcta. Dejamos de lado una idea porque no funciona a la primera. Dejamos de pintar las vacas azules y los gatos voladores porque ni las vacas ni los gatos son así. Sin embargo el error forma parte del aprendizaje, que no es lineal ni uniforme, sino un proceso orgánico.
¿Facilitamos procesos de aprendizaje reales primando la confianza y seguridad de las niñas y niños? ¿Ofrecemos espacios y herramientas para equivocarse y continuar experimentando, aprendiendo a partir de los errores?
He seleccionado tres charlas de tres increíbles mujeres que comparten sus fracasos y errores. A través de sus experiencias nos muestran que equivocarse no es algo que se deba evitar y ocultar, sino una parte inevitable del aprendizaje. Comprender esto nos lleva a la necesidad de desarrollar actitudes de perseverancia y confianza y herramientas para tolerar la frustración.
"Los adultos tenemos que mostrarnos confiados, pacientes y ser conscientes de que nuestros niños cometerán errores que formarán parte de su aprendizaje". Raúl Bermejo
How to learn? From mistakes, Diana Laufenberg:
Diana, profesora de secundaria, cuenta su experiencia en institutos de Kansas, Arizona o Pensilvania para preguntarse por qué las niñas y niños siguen yendo a la escuela si la información está por todas partes. Su recorrido de experiencias ilustra la necesidad de romper con lo que llama la "cultura de una única respuesta", entendiendo que el error forma parte del proceso de aprendizaje.
Hoy en día, en el paisaje educativo lidiamos con un amor ciego por la cultura de una única respuesta correcta que puede desprenderse de los exámenes de respuesta múltiple y hoy estoy aquí para compartir con ustedes que, eso no es aprender. Es precisamente lo peor que podemos pedir a las niñas y niños, que nunca se equivoquen. Pedirles que siempre tengan la respuesta correcta no les permite aprender.
Y apostar por otras herramientas, espacios y maneras de aprender.
El aprendizaje se muestra diferente en un paisaje educativo que deja de lado la idea de que las niñas y niños tienen que ir a la escuela a recoger información y a cambio les pregunta qué pueden hacer con ella. Ofrezcamos preguntas interesantes y no defraudarán. Que visiten lugares, que vean las cosas por sí mismos/as para experimentar realmente el aprendizaje, para jugar, para indagar.
Dulces son los frutos de la adversidad, Karla Souza:
Quizás conoces a Karla o al menos a alguno de sus personajes, como Laurel Castillo de How to get away with murder (Cómo defender a un asesino). En esta charla comparte varias historias de su vida en las que la adversidad y el fracaso están presentes. Cita a Churchill: “El éxito es ir de fracaso en fracaso con entusiasmo” y a Shakespeare: “Dulces son los frutos de la adversidad, que como sapo feo y venenoso, lleva en la cabeza una preciosa joya”.
La adversidad y el fracaso forman parte inevitable de la vida. Karla nos anima a encontrar motivos para poder enfrentarlos. Estimular la motivación que nos haga continuar a pesar de equivocarnos. Continuar intentando, probando y experimentando, comprendiendo que fracasar es una parte del aprendizaje, y del propio éxito. Perseverar también en la adversidad.
Discurso en Harvard. JK Rowling:
En este discurso, la escritora JK Rowling decide hablar sobre los beneficios del fracaso. A partir de su propia historia y la etapa más dura de su vida, muestra cómo es imposible vivir sin fracasar en algo o de alguna manera.
Es imposible vivir sin fallar en algo, a menos que vivas tan cautelosamente, que podrías no haber vivido en lo absoluto, en cuyo caso has fracasado por defecto.
En lugar de evitar el fracaso y el miedo, podemos identificarlos y utilizarlos en nuestros procesos de aprendizaje.
Fracasar me enseñó cosas que no hubiera podido aprender de otra manera.