Una propuesta para construir procesos matemáticos desde otras situaciones de aprendizaje, a partir del arte, el juego y el movimiento. Una propuesta que implica mancharse, salir de la silla metida en la mesa y realizar operaciones matemáticas sin lápiz y papel. Porque ofrecer espacios, tiempos y herramientas diferentes permite explorar, analizar, equivocarse, comparar, relacionar y, en definitiva, apropiarse del conocimiento, aprendiendo de forma real y autónoma.
Para esta actividad necesitamos:
- Papel kraf o papel continuo, para que resista la pintura y para que podamos realizar una obra de arte matemática tan grande como queramos. Aunque siempre podemos probar otras superficies, o si queremos hacer la actividad individual nos vale simplemente un folio.
- Rotulador, para marcar los puntos.
- Botellas para salsas, tantas como colores queramos utilizar. Nosotros utilizamos tan solo dos colores, rojo y verde.
-Pintura, témpera o acrílica (si utilizamos acuarela será demasiado líquida y será más complicado pintar).
- Dados, al menos uno, y cuanto más grande mejor. (Podemos utilizar dados de rol, con más caras y por tanto más números).
Podemos gestionar esta actividad de muchas maneras, de manera individual, por parejas o grupos, con un tiempo delimitado o de manera relajada...
Pero lo más interesante de esta actividad es cómo podemos adaptarla a diferentes niveles y crear diferentes opciones como:
- agrupar el número de puntos que aparece en el dado
- agrupar a través de operaciones matemáticas, por ejemplo usando dos dados o más y siendo necesario sumar, restar, multiplicar o dividir las cifras de los dados
- utilizar un color para los números pares y otro color para los impares
- utilizar un color para los números primos y otro color para los compuestos
- utilizar los colores para otras características de los números que nosotros mismos decidamos
...
Por supuesto podemos utilizar otros materiales para agrupar los puntos: rotuladores, pinceles u otras opciones, pero mi propuesta es dripear la pintura a lo Pollock, es decir, derramar, gotear y chorrear la pintura con las botellas de salsa.
Pero ¡cuidado! Cada vez será más difícil y ya que habrá muchas formas y tendremos que fijarnos bien para encontrar los puntos suficientes.
Una actividad que implica enfoques globalizadores y ambientes de aprendizaje comunes y nutrientes, sin materias estanco, aisladas unas de otras. Interdisciplinariedad llevada a la práctica de forma sencilla. porque el arte está lleno de matemáticas, y viceversa.