2 Técnicas de cerámica sencillas: modelado de arcilla


La arcilla es un elemento increíble para crear, desarrollar la imaginación y disfrutar mientras se trabaja. Hoy quiero compartir dos técnicas sencillas de cerámica, ideales para trabajar con la arcilla, aprendiendo a modelarla.
 Estas técnicas nos permiten, sobretodo, crear recipientes, especialmente de forma abierta y (con práctica) de forma cerrada, aunque podemos partir de ellas para crear cualquier otra idea que queramos desarrollar. Son técnicas sin herramientas y de proceso sencillo, por eso son adecuadas para principiantes, sean o no niños y niñas. Y permitidme recalcar que por ser técnicas sencillas no quiere decir que sean técnicas para niños y niñas (y sólo para niños y niñas). Son las técnicas básicas para comenzar a trabajar piezas de cerámica, y ¡tienen miles de años! A menudo tendemos a relacionar las actividades complejas sólo con los adultos y, por tanto relegamos la sencillez para los niños y niñas. Desde luego es una visión simplista y poco certera. ¿No crees?

La primera técnica nos permitirá crear fácilmente formas abiertas como vasos, platos, cuencos o vasijas de diferentes formas y se conoce como la TÉCNICA DE LOS PELLIZCOS:
Es muy intuitiva y sencilla y los resultados se generan rápidamente. 
Primero necesitamos hacer bolas de arcilla, el tamaño de la bola será la cantidad de arcilla para el objeto que creemos. 


Después, tal y como se puede ver en la primera foto de esta serie, metemos el dedo pulgar para hacer un agujero. ¡Tenemos que hundirlo! A partir de ese agujero vamos creando la forma que queramos: más o menos profunda, redonda, cuadrada, más o menos abierta... ¡Todo directamente con los dedos! Se llama la técnica de los pellizcos porque, tal y como muestra la segunda foto, se va pellizcando la arcilla con los dedos para ir abriendo la bola:


¡Así de simple! A medida que se va creando la propia forma en sí, podemos modelar también los bordes y las paredes. Podemos hacer una forma regular o también podemos crear formas asimétricas estirando uno o varios lados... Aunque sea una técnica sencilla nos permite crear resultados muy diferentes, eso sí, para encontrarlos tenemos que estrujar la arcilla y nuestros cerebros. 

La experimentación con la arcilla es muy agradecida ya que si no nos gusta lo que estamos creando, no funciona o cualquier otra razón... podemos remodelar la pieza o incluso volver a formar una pelota y empezar de nuevo. Podemos tratar de estiraaaaaaar algo y... se puede romper. Entonces estaremos aprendiendo hasta qué punto podemos estirar. Y lo haremos de forma autónoma. El propio material nos permite generar errores y comprender por qué suceden. Nos estaremos formulando preguntas:  ¿Necesito más o menos arcilla? ¿Puedo hacerlo de esta forma y que se mantenga en pie? ¿Qué pasa si hago la base más o menos estrecha?...



Si notamos que la arcilla se agrieta mientras la trabajamos es que se está secando y será más difícil modelarla. Podemos tener un frasco de agua y mojarnos los dedos para continuar modelando, también podemos tener algunas esponjas para añadir agua a la pieza y seguir creando.

*Por cierto, la arcilla tarda mucho en secarse completamente, pero si lo hiciera ya no se puede volver a reutilizar aunque se moje con agua. Si vamos a guardarla para volver a utilizarla más adelante, es importante guardarla en un trapo húmedo para que no se seque.



La segunda técnica se conoce como la TÉCNICA DE LOS CHURROS:

Primero necesitamos crear una base plana con la forma que queramos, por ejemplo si quisiéramos crear un vaso haríamos un círculo del tamaño que tendrá la base del vaso. Aunque también hay vasos cuadrados ¿verdad? ¡Pensemos fuera de la caja! Nosotros por ejemplo hicimos triángulos, círculos, rectángulos, corazones...


Ahora toca amasar y amasar churros. Cuantos más tengamos, mejor. Intentaremos que sean lo más uniformes posible y tenemos que tener en cuenta que el grosor de los rollos será el de las paredes de nuestra pieza. Colocamos el primer churro sobre la base, intentando también que tenga la longitud necesaria par cubrir todo su borde:


Luego sólo tenemos que ir montando los churros uno sobre otro para ir creando las paredes de nuestra pieza.


Para unir los churros entre sí vamos juntándolos con los dedos, por la parte interior y exterior de la pieza:
(Podemos ayudarnos de herramientas para que el resultado quede liso y uniforme, como estecas de madera).



¡Las piezas están listas! Se puede aprovechar que la arcilla aún está húmeda para realizar incisiones y crear dibujos, letras o patrones en las piezas.
Ahora es el momento de la cocción, si no se dispone de horno de cerámica, hay arcillas que permiten cocción en hornos domésticos (leer las recomendaciones en los envases).



Una vez cocidas nuestras piezas están listas. Podemos dejarlas en color natural o también podemos pintarlas.
Os animo a probar estas técnicas y a trabajar con arcilla, una actividad que nos permite desarrollar procesos creativos de forma muy sensorial y relajante.