A veces tenemos ideas que no funcionan, o que no funcionan como quisiéramos. Ofrecemos una propuesta súper atractiva (desde nuestro punto de vista) y no causa ningún interés. Pensamos utilizar 30 minutos en algo que se acaba en apenas 5. Ofrecemos muchos materiales y sólo se usa el mismo repetidamente. Tenemos unos resultados en la cabeza y el resultado real no se acerca ni remotamente a lo que imaginamos.