Klee decía que una línea es un punto que camina. Esta invitación es tan sencilla como crear puntos y ponerlos a caminar.
Quizás todos conocéis los pasatiempos de unir puntos en los que al final se consigue una figura o dibujo determinado. Estas actividades son útiles para trabajar la concentración o el reconocimiento de números y su secuencia, pero son actividades cerradas que apenas estimulan la creatividad. El dibujo está predeterminado, se consigue siguiendo una pauta y, de hecho, hay sólo una manera correcta de realizarlo.
Pero ¡podemos convertir esta idea en una actividad abierta y muy creativa! Lo único que tenemos que hacer es reducirla a su esencia: conectar puntos.
La propuesta o invitación para crear son los puntos en el papel. Pueden ser grandes o pequeños, muchos o pocos, juntos o separados... Simplemente los puntos, sin un orden determinado. Y la idea es sencilla: conectarlos con una línea que sale a pasear desde un punto a otro.
Igual que podemos decidir sobre los puntos (que si los ponemos en simetría, que si los ponemos de diferente tamaño, que si los ponemos muy separados...) podremos decidir sobre la línea o líneas que los recorran.
Las posibilidades son infinitas. Podemos unir los puntos con garabatos, o intentar buscar una forma mientras los unimos, o patrones geométricos, o encontrar formas después de unirlos. Podemos pasar por cada punto sólo una vez, o dos, o cien. Podemos hacer líneas rectas, o sinuosas, o grandes, o delgadas, o picudas, o todas.
¡Después podemos rellenar con color!