Algo tiene la nieve que es mágico y es magia. La nieve, la nieve en las manos y el alma, que decía Jorge Guillén.
Que los artistas comiencen dibujando muñecos de nieve con la cera blanca. Este paso es mi favorito. Recibiremos miradas confusas e incrédulas de los niños y niñas. Creerán que nos hemos vuelto chifletas o que les estamos tomando el pelo. Puede que algunos se aferren a sus principios artísticos y se nieguen a tal esperpento y burla de sus capacidades plásticas.
¡Qué bonito es llegar a nuestros propios límites y superarlos! Démosle paso al menos usado de toda la caja de ceras, al que aún le cubre el papel y hasta tiene la punta intacta, y dejemos descansar a sus compañeros cansados de tanto pintar dragones, vaqueros, flores y coches.
Es importante que rellenen con bastante blanco el cuerpo de los muñecos de nieve. Luego pueden decorar a su gusto con el resto de colores: narices, botones, sombreros, estrellas, lunas, cafeteras, bonsais, perros verdes...
Al terminar, la artista I se sacudió las manos y miró orgullosa sus muñecos de nieve, no sabía que la magia aún tenía que comenzar.
Y es ahora cuando el proyecto pasa a a ser un proyecto mixed media o técnica mixta en el que, además de trabajar con ceras, también utilizaremos acuarelas.
Las ceras son grasas y por lo tanto no hacen buenas migas con las acuarelas, de base acuosa, de esta manera las partes coloreadas con ceras resistirán la acuarela, que cubrirá el resto. Podemos combinar así la textura y los colores vivos y fuertes de las ceras con la suavidad de las acuarelas. No sólo combinamos los materiales, sino también las técnicas.
Pero lo mejor de todo es que los muñecos de nieve, hasta ahora confundidos en el blanco de las hojas, aparecerán como por arte de magia.
Nosotros pintamos todo el fondo de color azul, pero hay muchas más posibilidades.
Una vez seco: