Galí, colega de Picasso y profesor de Miró, sabía que su alumno era muy hábil con el color, pero no con las formas y dibujos. Galí, entonces, hizo a Miró tocar a ciegas los objetos que luego reproduciría en el papel.
Este original método de dibujo al tacto dejó una profunda huella en Miró, que se familiarizó con el volumen, las texturas y las formas, y le permitió fijar su atención en los accidentes de las superficies.
Esta pequeña anécdota nos sirve para hablar sobre la observación, una herramienta muy necesaria.
Observar es una herramienta natural e instintiva para las niñas y niños. Están descubriendo el mundo constantemente y lo observan con curiosidad y asombro, siguiendo sus inquietudes e intereses.
Observar es percibir con los sentidos, en plural, aunque la mayoría de las veces sólo utilizamos la vista ¿Verdad?
Sin embargo una observación activa precisa de los demás sentidos, para percibir información a través de otras sensaciones sensoriales al tocar, oler, escuchar o degustar. Cuanta más información percibamos e integremos más complejo y profundo será el aprendizaje sobre lo observado, aprendizaje que se interiorizará para las experiencias futuras.
Para poder observar los objetos de la foto podemos tocar la patata, oler el limón, comer una fresa... una observación atenta y activa.
Ofrecer propuestas para estimular la observación activa implica estimular procesos de aprendizaje reflexivos, atentos y críticos. La observación activa nos implica y de esta manera el entorno que se va descubriendo se enriquece, ya que ponemos atención a las aproximaciones sensoriales del espacio, además de visual, sonoro, táctil, olfativo.
Miró reconoció activamente formas y volúmenes de objetos al tocarlos con los ojos cerrados:
"El color para mí era fácil, pero con la forma tenía grandes dificultades. Galí me enseñó a dibujar a partir del sentido del tacto, dándome objetos que no me estaban permitidos ver, pero que después debía dibujar. Es una manera de crear volumen".
¡Os invito a observar con todos los sentidos!